
La división de la derecha, sus pros y contras
El pasado viernes irrumpió en el espectro político local de manera oficial "Ceuta avanza" de Javier Guerrero. Médico de acreditado prestigio, injustamente vilipendiado en su salida política del Gobierno Vivas y, tras su particular travesía del desierto, protagoniza ahora su "reentré" con no poca ilusión y legítimos deseos de liderazgo. Un liderazgo que en el PP vislumbró que tenía poco futuro y muchas piedras en el camino para optar a competir con el longevo político Vivas (atrincherado "sinne die") de cara a un Congreso que parece que no llega y que ha sido postergado hasta definir el horizonte demoscópico de un decadente político que viene pidiendo a gritos el relevo por su conducta y que, en la sede de Ainara, no acaban de perfilar el recambio necesario por las luchas intestinas, donde Yolanda Bel sigue haciendo de las suyas, defenestrando a quien no se pliega a sus caprichos. Nombres han "sonado" como futuribles, pero priman más los egos que un análisis sensato y coherente de la realidad político-social. De ahí que "el doctor" haya optado por emprender su camino en solitario con bastante arrojo y no poca decisión para ser dueño de sus ideas y proyectos, sin verse mediatizado por contubernios judeomasónicos.
La política, una vez llevada al escenario de las probabilidades es muy caprichosa e imprevisible. El futuro nunca está escrito, sino que hay que cimentarlo día a día. El "factor Guerrero" puede suponer un "arañazo" de votos en el PP, cuya dimensión solo el transcurso de los acontecimientos irá definiendo, aunque he percibido que, a nivel mediático, ya han querido comprometer su iniciativa -apenas nacer-, a la hora de interrogarle sobre la ideología política de su "Ceuta Avanza", como si la cuestión ideológica, qué sarcasmo, en las circunstancias actuales, fueran un signo de definición clave para determinar futuribles pactos. La actual alianza PP-PSOE en la Asamblea desmonta cualquier sentido lógico de afinidad política en cuestión ideológica y supone el mayor esperpento que haya podido escribirse a nivel local. De ahí que evaluar como indefinición la posición ideológica de "Ceuta Avanza" como algunos se han apresurado a calificar, no deja de ser una forma sutil de descalificación preliminar al flamante partido localista del doctor. No cabía esperar, salvo que algún ingenuo lo deseara, que a las primeras de cambio Javier Guerrero pusiera todas las cartas sobre la mesa, para satisfacción de quienes buscan dinamitarlo de una u otra forma, como bien se demostró con aquel montaje de infausto recuerdo con supuestas implicaciones tan peregrinas como perversas y estrambóticas que llegaron al Juzgado.
Javier Guerrero ha protagonizado un hecho histórico en la política local: salir del PP para fundar un nuevo partido, algo que jamás sucedió en la historia democrática local en la derecha tradicional pero que sí ha venido siendo algo reiterado en el PSOE. Recordemos que de aquélla "Ejecutiva del ladrillo", muchos han sido los avatares de fragmentación local en el socialismo: Aurelio Puya abandonó el PSOE y fundó el PSPC del que después con el paso de los años se haría heredero Juan Luis Aróstegui; Francisco Fraiz haría lo propio años después con su Progreso y Futuro de Ceuta (PFC) que heredó Basilio Fernández, situaciones todas ellas que dejaron bajo mínimos la representación política en escaños de los socialistas. El llamado "alcalde chilaba", Fructuoso Miaja, hubo de coaligarse con el CDS de José Luis Chaves para poder gobernar. El mismo Aurelio Puya, años antes igualmente hubo de optar a una coalición para defenestrar a Fraiz cuando éste militaba en el PSOE.
Ahora el panorama es bien distinto. El PP en sus horas bajas y con la incertidumbre de quién liderará el partido dentro de poco menos de un año, aún se debate sobre el liderazgo que las luchas intestinas enconan cada vez más y se ve abocado a una catarsis urgente. Mientras, VOX a lo suyo: haciendo su papel de oposición con el sentido crítico que ni MDyC ni "Ceuta ya" ejercen, ya que sus planteamientos llevan más vaselina de la deseable en partidos de la oposición a los que Juan Gutiérrez ha querido fagocitar para su exterminio político y, de paso, allanarse el camino hacia el liderazgo que él busca: como el cuento de la lechera ya ha vendido la piel del oso antes de cazarlo y va propalando que será el próximo presidente, confiado en el "lobby" que lo ha aupado a la secretaria general del PSOE "ex aequo" con la presidencia del Comité de Empresa de TRACE. O sea, lo mismo vale para un cosido que para un descosido: ora sindicalista, ora político. Sin solución de continuidad y con la ambición desbocada como la situación económica a la que nos ha llevado su líder nacional Pedro Sánchez.
El matrimonio político PP-PSOE en Ceuta es un desprestigio para ambos y un motivo de desconfianza electoral a la hora de depositar las papeletas a uno u otro, porque pueden suponer un cheque en blanco para hacer y deshacer a su antojo. De ahí que la llegada de "Ceuta Avanza", que aún ha de definir públicamente algunos aspectos, suponga un soplo de aire fresco, sin ataduras iniciales, sin mochilas del pasado y abierto a muchas posibilidades, aunque no parece que vaya a caer en los mismos errores que Juan Vivas y el PP que éste ha liderado, a la vista que su nacimiento "per se" supone el intento de renovación en el fondo y en las formas. Su nacimiento es el ejemplo de la semilla de la discordia larvada en el seno de los "populares" con corrientes de opinión contrarias a Juan Vivas.
En una hipotética alianza de la derecha ideológica local estaría por ver si la suma de fuerzas y escaños (votos), les daría posibilidades de gobierno para relegar las sectarias políticas socialistas tendenciosas y llevarlos a la oposición, pese a que en campaña electoral vislumbro la proliferación de numerosos mantras negacionistas y líneas rojas para que no se diera un acuerdo de derechas. Una función que ya ejercerían en su momento el factor mediático y la presión del "lobby", más preocupados de sus dineros que de un factible avance de Ceuta por otros vericuetos diferentes a los actuales.
Confiemos que el doctor y su partido vengan con ideas renovadas y no caiga en la trampa de "más de lo mismo" porque su esfuerzo habría sido estéril. Para un "PP bis" no hubiera sido necesario "Ceuta Avanza". De momento, nace con la ilusión y la esperanza de que algo mejor pudiera darse. Ojalá no pierdan la brújula y se orienten por horizontes de proyección para una Ceuta que necesita con urgencia un cambio de rumbo y, por supuesto, no zozobrar. Menos chiringuitos y más bienestar para la generalidad de ceutíes, hoy desencantados en alta proporción y ansiosos de la llegada de esa gran esperanza blanca que les impulse a mejorar olvidando viejos arquetipos.
Si el doctor llega con la medicina adecuada, puede ser la panacea que el PP no ha sabido aplicar. Desde la modestia y partiendo de cero, también se pueden hacer grandes cosas. Ahora, si caen en los cambalaches "made in Vivas", su futuro puede ser más negro que la conciencia del mismísimo diablo. De momento, hay que otorgarle un voto de confianza y el beneficio de la duda. Que no es poco: "Ceuta Avanza" ha de ganarse su aval electoral.
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