Levantar las alfombras y descorrer las cortinas para oxigenar a la Junta de Andalucía, esa es quizá la exigencia de la ciudadanía que ha provocado el cambio, treinta años después, en el Gobierno andaluz.

Para el presidente Moreno Bonilla "parece evidente que para hacer un diagnóstico certero de la situación financiera y evitar que vuelvan a sucederse prácticas irregulares, corrupción… como se han producido en la administración andaluza, tenemos que saber qué ha sucedido", ha dicho en el Salón del Trono de la Ciudad Autónoma en su comparecencia junto al presidente de Ceuta tras la rúbrica del acuerdo de colaboración especial suscrito.

"Hemos visto cosas que a mi, personalmente, no me gustan. No me gusta que la Junta de Andalucía tenga que pagar más de 500 millones de euros en sentencias judiciales, no me parece razonable que en este mismo ejercicio 2019 tengamos que lagar 160 millones por otra sentencia al metro de Sevilla, sencillamente por chapuzas administrativas, por no haber hecho las cosas bien. No nos parece bien que haya 500 millones de euros en la Consejería de Fomento cuyas facturas están en un limbo, no nos parece que haya habido prácticas que ponen a la situación de la Junta de Andalucía en el límite de su capacidad de inversión. No se han hecho las cosas bien, en los últimos años", ha enumerado el presidente de Andalucía.

"A partir de aquí, nosotros hemos encargado una evaluación, a modo de auditoría a los organismos que consideramos más vulnerables para conocer su estado financiero y sus prácticas administrativas, no sólo para denunciarlas, sino también para corregirla. Esa información la tendremos en un plazo razonable en unos 45 días hábiles. En eso estamos, que no vuelva a pasar lo que ha pasado y que no seamos permanentemente noticias por irregularidades", remató para finalizar Moreno Bonilla.