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Redacción
Sábado, 07 de Mayo de 2022
Jura de Bandera

"Nuestra Bandera simboliza la nación, es signo de la soberanía del pueblo español, de su independencia, unidad e integridad de la patria"

Palabras del coronel jefe del 2º Tercio Duque De Alba de la Legión, Zacarías Hernández durante el acto de Jura de Bandera civil celebrado en las Murallas Reales

Discurso del Coronel Jefe del Tercio Duque de Alba II de La Legión, Zacarías Hernández Calvo en el acto de Jura de Bandera civil celebrado este mediodía en las Murallas Reales:

 

"Excelentísimo General 2º Jefe de la Comandancia General de Ceuta, Excelentísima señora Vicepresidenta Primera de la Ciudad Autónoma de Ceuta, excelentísimas e ilustrísimas autoridades civiles y militares, oficiales, suboficiales, personal de tropa, damas y caballeros legionarios, señoras y señores, queridos jurandos.

 

El 31 de octubre de 1920, en el llano del Tarajal, en Ceuta, se celebró la primera Jura de Bandera de La Legión. Los legionarios de las 3 primeras Banderas formadas besaron la bandera. El Teniente Coronel Millan Astray les tomó el juramento de fidelidad y los legionarios, gorro en alto, juraron morir por La Legión.

 

La Legión tardó 3 años en hacerse merecedora de su Bandera y 7 en que la Reina Victoria Eugenia nos hiciera entrega de la nuestra propia. Como nuestro fundador dijo y dejó también recogido en el credo legionario: “NUESTRA BANDERA, LA TENEMOS QUE GANAR CON HONOR, VALENTÍA, LEALTAD Y SI ES PRECISO, CON NUESTRA VIDA POR ESPAÑA”. “LA BANDERA DE COMBATE SE GANA CON SACRIFICIO Y SANGRE, SERÁ LA MAS GLORIOSA, SE TEÑIRA CON LA SANGRE DE SUS LEGIONARIOS".

 

Hoy, más de cien años después, sobre la Bandera de La Legión se han realizado miles de juramentos. 10.000 muertos y 40.000 heridos en su servicio a España demuestran que los legionarios fueron fieles a España, a La Legión y a si mismos, de la manera que señala el filósofo Ortega y Gasset, al afirmar que no existe otro rasgo más certero para distinguir un hombre moral de un hombre frívolo, que el ser capaz o no de dar su vida por algo.

 

Como Su Majestad la Reina Victoria Eugenia nos dijo al entregar la Bandera a La Legión en 1927: “La Bandera que recibís, lleva en cada puntada de sus bordados, las gotas de sangre heroica que los hombres a quienes se destina, ofrecieron como anticipo a la gloria con que llega a vuestras manos”.

 

Jurandos, el juramento o promesa que habéis realizado es un compromiso individual, hecho libre, públicamente y sin reservas mentales. En vuestra vida, el servicio a la patria ya no es una bella abstracción; es la obligación severamente concreta e incesante de servicio a España y a los españoles. En esta reorientación radical de la vida individual y la imposición voluntaria de una lealtad dominante, se encuentra la clave del espíritu del juramento o promesa que acabáis de realizar.

 

No estamos ante un gesto simbólico, un puro ritual, sino ante un acto dotado de un profundísimo sentido trascendente. Revestido del simbolismo que le otorga la presencia destacada de nuestra Enseña Nacional, supone aceptar e interiorizar los altos ideales que representa, porque nuestra Bandera simboliza la nación, es signo de la soberanía del pueblo español, de su independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en nuestra Carta Magna.

 

Manteneos firmes en vuestras convicciones y en vuestros anhelos. Frente a todas las dificultades y sin miedo a la responsabilidad —¡España!—; sacrificando por el bien de ella, si es necesario, la propia vida —que de antemano habéis entregado hoy a la Patria. Mirando la realidad que nos envuelve, de la cual estamos hechos, que nos empuja desde el pasado y nos remite al horizonte de nuestro porvenir, transmitir a través de vuestro ejemplo y sentimiento la España que se formó con el quijotesco sueño de una humanidad trabada por la fraternidad y regida por la justicia. Mantened la sed de España, esa que relató el poeta: “Tierra que siento como una llaga en el costado abierta, brindándome su sed, la sed de España, la tierra con su sed de nacimiento, que aún conserva la sed después de muerta”.

 

Esa España que magistralmente definió el gran filósofo español Julián Marías como un caso excepcional, probablemente único, de país definido por un programa explícito y mantenido durante siglos con asombrosa constancia; un país que consiste primariamente en un argumento lo más humano imaginable. España no será simplemente una nación, una nación como las demás, sino un complejo de pueblos con un repertorio de relaciones todavía no bien comprendidas y con un proyecto histórico, a la vez coherente y múltiple.

 

Hoy hemos sido privilegiados testigos de vuestro gesto patriótico de generosidad que os empuja a formar hoy aquí. Este acto supone uno de los ejemplos más claros de unión de los españoles. Pese a la gran diversidad presente, vuestro deseo ciudadano no distingue de clases sociales; religiones, o ideologías, todos estamos hoy aquí representados, estamos hoy unidos por un objetivo común del que nos sentimos muy orgullosos.

 

Los que hoy habéis jurado en estas Murallas Reales unís vuestra historia a la de La Legión y a La de Ceuta que es la historia misma de España. La «Noble, Leal y Fidelísima» Ciudad de Ceuta que cuando en 1640 las coronas de España y Portugal volvieron a separarse, sus habitantes decidieron libremente continuar formando parte de España.

 

Hoy hacéis vuestro el encargo que la Reina Victoria Eugenia nos hizo al entregarnos nuestra Bandera, porque “a los que desde hoy os incumbe la misión honrosa de guardarla, defenderla y glorificarla os digo, al entregárosla, que lo hago sin ningún temor ni desconfianza, que fían y garantizan vuestra conducta futura la tradición de un pasado breve, pero de gloria insuperable, y el espíritu que en vosotros vive”.

 

No quiero terminar mis palabras sin llamaros a recordar también hoy a otros españoles que han contribuido con su ejemplo e incluso con su vida a la defensa de España, que no es solo patrimonio de soldados. A todos esos españoles que día a día acuden a su puesto de trabajo y que durante la pandemia acudieron sin dudarlo, dándolo todo por ayudar a los demás, y que también entregaron su vida: médicos, enfermeros, policías, y otros colectivos que nos han enseñado también el significado del compromiso con España y los españoles. Junto a nuestros héroes, los encomendamos al Cristo de La Buena Muerte mediante la intercesión de nuestro santo páter legionario Fernando Huidobro muerto en combate.

Cornetín, MANDA FIRMES

¡¡¡Damas y Caballeros legionarios del Tercio Duque de Alba 2o de La Legión, jurandos, amigos que nos acompañáis hoy!!! 

 

Renovando otra tradición que tuvo su nacimiento en la primera jura de Bandera de La Legión, os pido que recitéis conmigo los vivas con los que la Legión van al combate, con los que recordamos a España y a nuestro Rey y, hoy, celebramos esta Jura de Bandera. 

 

“Legionarios”: con el gorrillo en la mano izquierda y el brazo en alto, gritad conmigo: ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva la Legión!"

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