La OIM, la organización de la ONU que mantiene el recuento de llegadas y de muertes de inmigrantes por el mundo, ha cifrado para estos primeros días del nuevo año 2019, entre el 1 de enero y el 7 de febrero pasado, una llegada a España de 4.478 inmigrantes procedentes de las costas africanas marroquíes.

Esta cifra supone ser más del triple de la cifra que en el mismo periodo accedieron hasta nuestro país un año antes, en 2018. (Ver cuadro)

Como en 2018, este nuevo año lleva los visos de estabilizar en el liderato absoluto de Europa la recepción de inmigrantes irregulares. Es evidente el efecto llamada que se ha producido a favor de España en el que "dos socios fiables" -como asegura el Gobierno español en relación a Marruecos y a la propia España-trabajan denodadamente porque este año sea de mayor éxito inmigrante irregular que el anterior.

En 2018 sólo accedieron a España de manera irregular (tanto por vía marítima como terrestre) 62.479 extranjeros, frente a las 28.350 entradas irregulares del año 2017. Según datos de ACNUR el número total de entradas irregulares en 2018 en España supera las llegadas registradas en 2017, 2016 y 2015 juntos.

Efectivamente, la ruta migratoria del Mediterráneo hacia España ha sido la más activa en 2018, ya que representa más de la mitad de todas entradas irregulares a través de las fronteras en Europa en 2018, según la agencia de fronteras de la Unión Europea (FRONTEX). Los nacionales de Marruecos, Guinea y Malí han representado el mayor número de migrantes que cruzaron esta ruta en 2018. Según datos de ACNUR a fecha 23 de diciembre, el 21% de los que han entrado de manera irregular en España es de Marruecos; el 20,8% de Guinea; y el 16,1 de Malí. Todo un éxito a la "fiabilidad".