Los discursos románticos quedan muy bonitos. Demasiados hermosos. De ahí no salimos. Sin embargo, buena falta hace un cambio, un giro radical. Ceuta se tragó con patatas fritas la marcha azul.

El reparto solidario nacional se quedó básicamente en local. La ruina económica es una constante tangible, palpable.

Sólo se mantiene con cierta estabilidad una población funcionaria que no está por la labor de echar raíces, en su mayoría.

Son 13.000 parados que forman parte de una cola serpenteante como queriendo conversar con los gentiles dragones. Con permiso de las amables religiosas.

La tensión callejera es cómo para inspirar tranquilidad de pasear por las calles al amparo de las lunas vacías.
Ceuta se limitó a recibir hasta que al vecino le dio la gana de cesar en su decisión lamentable de invadir. Que los ceutíes no son merecedores de tratos desairados de tal calibre. Absolutamente todas las poblaciones próximas han sufrido un enorme auge gracias a los aires y vientos respetuosos de Ceuta. 

 No hubo reacción de rechazo o contención durante horas de verdad en la frontera española. Repeler defendiendo.

Si ese acto no fue quebrar la unidad del país, que venga Casado y diga cuándo y cómo se rompe. Se le agradece su no visita el 17 y 18 de mayo.

De discursos platónicos. De amores imposibles.
Del ESPAÑOL llevándoselo crudo. 

Calentito, porque el alcalde Vivas se cree que somos ciudadanos que soportamos lo que nos echen. A Ceuta, alcalde Vivas, le sobran los boleros de amor. Ceuta, alcalde Vivas, es un pueblo que da pena. 

Por mucho que respalden Casado o el nuevo líder del socialismo ceutí, Juan Gutiérrez.

No se trata, Gutiérrez, de cambiar de nombres. Se trata de socios o compañeros de viaje.  Dejar solito al alcalde Vivas. Ustedes son más responsables. Se trata de hacer visible que el nuevo líder socialista no está por la labor de ser cómplice de una gestión tan discutible (nefasta en mi opinión) como la del actual alcalde. ¿Qué futuro tienen los hijos más que la de buscar trabajo fuera de Ceuta? 

 Pero si el PSOE consiente o permite es porque no tiene verdadero interés. Puede que cara a las próximas elecciones la desaparición. 

Es lo mismo que ocurre dentro de los populares ceutíes. O dan un golpe de timón pronto. O el PP local estará condenado a llamar a la puerta de la casa de los no gratos. 

El alcalde Vivas vive en una nube celeste. Por encima de la realidad, de poner los pies en el suelo. Ahora, además, cubre el ayuntamiento con un pedazo de tela a lo bestia. Si ya no vemos casi nada del futuro negro. Rosario de tonterías. Lo del túnel y la luz…lo mejor. 

En más de 20 años ni la política de inversión del PP a nivel local, ni la nacional (con gobiernos populares en Madrid) ha logrado hacer de Ceuta una ciudad con devenir. Con posibilidades de ofrecer puestos de trabajos.

Con la más mínima intención de frenar las caravanas del éxodo masivo.

Que vuelva El Español. Que venga Casado. Que venga Javier Arenas. Que Ceuta invita. No sólo a desayunar...
Por cierto, ese gasto de 700€ en taxis con motivo del evento españolista, según denuncia públicamente Vox. Con otros gastillos del Foro.

Animados en las inversiones tiradas a la basura,  hubiera preferido que a los taxistas ceutíes en lugar de esos 700€ que son bonitos , les hubiera llegado la totalidad.

Es decir, los 100.000€ que ha costado el que nos regalen los oídos con humos mágicos para nada de nada. Que la única cuenta de la vieja que me sale es que nuestra economía sangrada cuenta con tal cantidad, pero en negativo. Los números han empeorado tras el Foro.

Los taxistas de Ceuta se lo merecen mucho más. Si a los 100.000 euritos de nada. Más casi los 65.000 euritos de la misma nada para programas de tele-Vivas. Le añadimos los 5 millones de la misma moneda de las naves del misterio. Sin olvidar ese desayuno de casi 100 euritos denunciado por Fatima Hamed de MDy C. Sin hacer referencia a esos euros serios que se destinan al transporte escolar de un problemón que nos ha venido regalado por buenos.  

¡Qué los ceutíes podríamos coger taxis gratis!

Viajar gratis de por vida montados, subidos, en nuestros bonitos taxis. Escuchando las gratas conversaciones de nuestros atentos taxistas tan amables. 

Siempre con el sufrimiento en el cuerpo de echar tantas horas en las calles. De día y de noche.

¡¡¡Taxi!!!