Ocurrió antes.

El neandertal asentado en Benzú, mantuvo una seria conversación diplomática, con la Mujer.

El neandertal con ansias de tocar lo que se mostraba a ojo de tierra a la vista, encontró medio de transporte. Además, con un precio que las navieras nunca jamás, aplicarían en el futuro. Se prestaron, estuvieron por la labor, gratis.

Previa mediación de la seria Mujer, que tenía ganada a pulso su fama de pensar sin romances del órgano de los sentimientos.

Ventaja de tener un corazón de piedra. No de hielo. La piedra se calienta. El hielo quema.

Como resultado de aquellas fructíferas negociaciones, el neandertal pudo viajar hasta la Península, a bordo de las ballenas que, en cantidades, disfrutaban del entorno maravilloso y protección de la Mujer. Por lo visto, hasta el neandertal de Benzú, había llegado a sus oídos, campanas (no la del Desnarigado), que hablaban de Jonás.

Ocurrió después

El neandertal se perdió por los mundos. Quedaron unos cuantos atrasados de la evolución, como muestra de buenas gentes.

En líneas generales se extinguieron para dar paso a los listillos, a los sapiens, que llegaban con influencias de la escuela de Perejil. Conocida y con categoría internacional. Los piratas lo tuvieron difícil para matricular.

El sapiens descubre el negocio de las ballenas.

La ballenera de Beliones fue pionera.

Uno de sus barcos balleneros es llamado Benzú. Fue fábrica que daba trabajo a marroquíes y españoles.

Su funcionamiento y rendimiento, a tope.

Pudo ser una base económica para Ceuta.

Una industria propia.

Pocos han sido los empresarios con sentido de la reinversión. De pensar en un futuro.

De eso y de otras muchas cosas, me habló la Mujer, que murió de aburrimiento.

Contemplando cómo sus mayestáticas ballenas, sus seres más queridos, eran aniquiladas, en una explotación.  sin miramientos ni escrúpulos.

Rosario de fábricas en Ceuta, con contenidos diferentes, que fueron echando el cierre, a lo largo de los años.

Aparece una ballena atrapada en telarañas de redes, que no son de arañas.

Cómo el estado natural de las cosas se ha vuelto loco. Con cantidades ingentes de medusas; con orcas, jugando o atacando, a barcos; con algas por toneladas; con un Mar Menor, con un problema mayor, miles de peces muertos, que duele a rabiar; con delfines que aparecen muertos con artes miserables; con pateras pescando en nuestra bocana, sin que tampoco nos correspondan; con menores de vuelta, demostrando que se sigue sin prestar atención.

Así pues, sin dejar de felicitar el brillante trabajo de los miembros del CECAM, encargados de sacar a flote al cetáceo.

Tuve pensamientos hacia la Mujer muerta de aburrimiento.

Como quiera que los animales nos movemos por instintos. Los elefantes y sus senderos.

¿Pudiera ser que esa ballena despistada anduviera buscando sus raíces, por el olor a sangre en el mar, que ninguna corriente marina es capaz de borrar del todo?

De paso, ¿le habría contado alguien alguna historia bonita sobre la madre de piedra de todas ellas?

¿Pensaría en una Ceuta competente, amable, cariñosa?

Después del susto de la trampa mortal, seguiría rumbo hacia lo desconocido. Lejos de Ceuta...

No obstante, la ballena, a la que podríamos dar un nombre, sea una exploradora, y tragada el agua salada del trance, desee renovar propósito de buscar, lo que, para nosotros, son los ancestros. Vendrá en compañía de muchas más ballenas. Soltando chorros de agua de alegría y saludos. Por las redes, sin problemas. El vandalismo toca hasta eso.