Imagen de algunos de los episodios épicos de 'rifa rafes' en la Asamblea entre PP y PSOE (antes de VOX) La mediocridad bajo el estigma del fracaso
"A buenas horas mangas verdes", dice una popular frase del refranero español más castizo previo al lenguaje esperpéntico que introduce Irene Montero y "podemitas" con sus sorprendentes términos cargados de estupidez.
Los adversarios políticos del Vox Ceuta acaban de colgarle una medalla de oro (no olímpica pero sí de credibilidad, certeza, confirmatoria de acierto pleno), al reconocer casi un año después, que la antigua prisión de Los Rosales era y es el lugar adecuado para albergar a los MENAS. Quienes pusieron en su día el grito en el cielo, ahora se doblegan con su silencio ante la realidad pura y dura, hacen mutis por el foro, recurren al "si te he visto no me acuerdo", y reciben como idea original (que no lo es sino una "marcha atrás" tan característica del gobierno socialcomunista de Sánchez y Podemos), una decisión del Consejo de Gobierno, tardía, extemporánea, de la que fuera negacionista e insultante salida de tono a la propuesta en Pleno de Vox en septiembre de 2019.
En este ámbito de la mediocridad política y la característica marcha atrás "made in Pedro Sánchez" ( su seña de identidad en tantas decisiones), se mueve el contexto político de un PP-PSOE con apoyo de MDyC y Caballas, inmersos, no en el interés general ( que nada les importa), sino en el vilipendio, la torpeza, la falta de ideas y la carencia de criterio político a no ser que la Voxfobia que tanto les caracteriza.
Que un año después de la propuesta de Vox sobre la prisión de Los Rosales como reducto de acogida para MENAS, un gobierno PP-PSOE claudique ante la iniciativa original de Vox, no solo es una humillación política de ancho calado sino la demostración evidente de su absoluta carencia de aptitud para gestionar situaciones críticas en un ámbito extremo y conflictivo en el que se imponen decisiones firmes y legales.
Sin bochorno, sin escrúpulos, aquéllos que convirtieron en escarnio público una propuesta razonable, sensata, coherente de Vox, ahora se doblegan sumisos en un ejercicio de Alzheimer político, una amnesia verrgonzante como ya antes lo hicieron en otros ámbitos como la intervención del Ejército desde el primer minuto en la frontera con ocasión de la invasión migratoria indiscriminada facilitada por el sátrapa Mohamed VI y que requirió de varios días para su implantación. Otra tardía decisión de quienes ni saben, nio quieren, ni están por la labor de gestionar con acierto.
La delegada del Gobierno negó en su día la utilización del centro de reclusión de Los Rosales (sabrá ella con qué motivo y siguiendo el consejo de qué inútil asesor). Un partido que utiliza sectariamente la "Memoria Histórica" para enfrentar a los españoles, provocar crispación y destruir el consenso de la Transición política, ahora en Ceuta vuelve a repetir el modelo nacional de "la marcha atrás" que ha hecho viral Pedro Sánchez y que en nuestra ciudad asume su franquicia con total naturalidad, como inequívoca prueba de su falta de ideas y criterio político.
En este desconcierto generalizado, también son partícipes ahora del silencio aquéllos medios de comunicación que, en palabras de Rosa Díez, son concertados por el reguero de subvenciones que reciben para mayor gloria de Vivas y su socialismo de apoyo y que, sin el menor sentido crítico, a tamaña situación de mediocridad y torpeza, callan en un silencio cómplice bajo el lema "todo por la pasta".
Vox está demostrando una y otra vez, ideas claras, sensatez, coherencia y resolución en la problemática local, muy lejos del postureo o planteamientos tóxicos, fobias y crispaciones de quienes les denigran. ¿Es de recibo que Mohamed Ali, el político más judicializado de la Asamblea con fuerte carga de imputaciones diga que no apoyará ninguna propuesta de Vox? ¿Es mirar por el interés general que el PSOE haga lo mismo, llevado de su frustración y complejo por verse descubierto en algún desatino? ¿Y que el PP en algunos momentos decida no entrar en debate con Vox, hurtando a la actividad parlamentaria una de sus esencias?
La descalificación permanente hacia Vox, amparados en que se sienten vilipendiados es una excusa tan inconsistente como zafia. ¿Olvidaron que el mayor insultador con diferencia de la Asamblea de la Ciudad ha sido Juan Luis Artóstegui Ruiz? ¿Olvidó Juan Vivas tan sensible con Vox el espectáculo de su consejero Emilio Carreira cuando perdió los papeles cuando Nuria Miaja le dijo que desconocía la situación turística de Ceuta porque vivía más tiempo en Málaga que en Ceuta?¿No hubo que suspender el Pleno?¿De qué hablan por tanto PP y PSOE, ahora cuando estuvieron enfrascados en episodios vergonzantes de enfrentamientos mutuos a punto de llegar a las manos? Juan Vivas y Manuel Hernández, en un ejercicio de amnesia política, se presenta en la actualidad con una inocencia prebautismal cínica y absurda.
Cuando la actitud política no antepone el interés general al particular o al "postureo", cuando hay partidos que proponen algo y luego renuncian a apoyar alguna otra propuesta en el mismo sentido porque proviene de Vox, lo que se está perjudicando es a la ciudadanía al utilizar como represalía la tendencia personal en contra del interés general por simple venganza.
Hace varios años, Jesús Fortes decía que el PP si tocara fondo, tendría 7 escaños por sus afines históricos, con independencia de quien fuera el candidato. A su manera, estas eran sus palabras:"Si ponemos una cabra de número 1 en la lista electoral, el PP tiene asegurados 7 escaños". Juan Vivas se ha quedado a 2 de ese límite esté quien esté. Si mantiene su pacto con PSOE y continúa en la dinámica de complacencia hacia MDyC y Caballas, puede romper todos los registros y dejar a su partido "non grato" para la ciudadanía en las urnas. No se olvide que el pueblo no es tonto aunque vote cada cuatro años, pero las urnas dictan sentencia y luego viene el llanto y crujir de dientes cuando sean echados fuera de la política junto a esa amplísima red clientelar de colocados a dedo. Ya hay antecedentes: Juan Luis Aróstegui es la viva estampa del fracaso político a quien el veredicto de las urnas mandó a su casa pese a su "piquito de oro".
En los dos años que restan para la cita electoral, muchos pueden sellar su epitafio político siguiendo la actual deriva. Tiempo al tiempo. Que no se lamenten que luego solo quede Vox.
En los últimos días, la repatriación de MENAS ha supuesto un episodio que no ha hecho más que darle, una vez más la razón a Vox: Ceuta le debe ya 2 al partido de Santiago Abascal, porque a la ubicación en la antigua prisión de Los Rosales de los inmigrantes une ahora, más recientemente, la repatriación a Marruecos de los menores, esos "niños" que eran de la Ciudad Autónoma y que Grande Marlaska, en un ejercicio de clarividencia política sí decide (con retraso, como siempre), ejercer una decisión legal, que otorga toda la razón a Vox y aplauden quienes les insultaron como el propio PSOE, PP, con silencios de Caballas y MDyC., y la oposición del Defensor del Pueblo, ONGs (que viven de estas cuestiones), el Colegio de Abogados de Ceuta (que obtiene pingües beneficios de sus actuaciones de oficio a cuenta del Estado de la atención jurídica a todo este ingente colectivo) y, lo que faltaba, la parte de Podemos en un Gobierno socialcomunista con más agujeros y descoordinación que una zarabanda. Para todos estos, las normativas nacionales e internacionales solo las incumpliría España y no Marruecos cuando abrió sus puertas de la frontera de par en par, sin que ninguna organización progre, ni UNICEF, ni nadie condenara el uso y abuso de menores.
Un dicho muy español, dice que "bien está lo que bien acaba" y, en este caso, pese a las controversias interesadas, Ceuta no podía soportar en sus calles más la presión de una inmigracioón que alteraba nuestra vida cotidiana, mal que les pese a quienes reciben subvenciones para sus chiringuitos migratorios.
Si nuestra libertad comienza donde acaba la de otros, la invasión migratoria había atentado a nuestra propia libertad ciudadana. Y aguantar esta cuestión no es solidaridad; simplemente es abusar al máximo para tensar la tolerancia hasta límites imprevisibles en sus consecuencias.
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