Aquel juez se explicó: " Ha sido ingresado en prisión para hacerle reflexionar”.

Siempre pensé que, si esa era la idea, pues el hotel La Muralla, era de mi agrado mucho más. 

SIN CERTIFICADOS DE BUENA CONDUCTA

La población reclusa era mayoritariamente marroquí, sin certificados de buena conducta. Se me detuvo y encarceló, de forma ilegal. Después de 40 horas interminables (cuánto más se ama la libertad, tanto más cuesta estar privado de ella), salí mentalmente tocado, con miedos a decisiones arbitrarias.

La última persona que me da un abrazo, es el parlamentario Serafín Becerra Lago (UCD de Adolfo Suárez), entrañable. 

Siempre junto a mis ideales románticos. Como el también parlamentario, el doctor Antonio Domínguez, mismo partido. Que el ambulatorio del Recinto no lleve su nombre, es de lamentar.

Hablo del maldito año 1982. Sufro las consecuencias de una reunión que ha tenido lugar, por la mañana, en la Delegación del Gobierno, entre el delegado, el alcalde y el juez. 

Si la Constitución (que ahora se estudia antes de echar los dientes) data del 78, la división de poderes.

Cosas varias me impactaron en el lugar de privaciones. El fuerte ruido que hizo el pestillo al cerrar la puerta de la celda. Una lagartija en el techo que no me permitió pegar ojo, pese a mi agotamiento de acontecimientos.

Recordaba a mi madre María Luisa, con aquello de “presta atención al escupitajo, se te puede caer el pelo”. Era un bichito similar, al de otro sitio (un lavadero). No sé si la advertencia, tenía base científica, pero viniendo de mi madre.

LA MAQUINA DEL TIEMPO

Del año 1982 la máquina del tiempo me transporta hasta el 2021. Como eje: los rosales.

Echo de menos, es un mal decir, a aquel magistrado, (en aquellos años solo había uno en la ciudad), por lo de reflexionar y mi deseo de haber ido a La Muralla, mejor que donde me metieron.

Y es que, quién lo iba a vaticinar, la autoridad de las 24 horas de desvelo, recibe las llaves de Rosales, para quitarle las espinas.

Así ya va a ser otra cosa. No será el hotel La Muralla, pero, bueno. 

Es mi cárcel convertida, en un proyecto de urgencias de muchas prisas, en alojamiento bonito. Las vueltas que da el mundo y las cosas. 

De todas formas, no me vendrían, por mucho maquillaje, sensaciones positivas. 

Hubo gente que me ayudaron a soportar. El director, persona maravillosa. Dos funcionarios de Instituciones Penitenciarias. El médico de la cárcel, compañero de clase de los agustinos, Javier Prat, murió por ser un ser bueno.

La llave de Rosales ya está en Plaza de África. Por si acaso, me tiro por el Paseo de las Palmeras. Está en obras, no puedo. Si no hace mucho que… tente mientras cobro.

“En el corazón tenía

la espina de una pasión;

logré arrancármela un día:

ya no siento el corazón”

Yo voy soñando caminos. Poemas de Antonio Machado.

UN REY HA HABLADO

Se ha pronunciado el rey de Marruecos. El nivel de máxima tensión en las relaciones vecinales, pasa a uno de relativa normalidad. Que sea todo para bien. Ojalá que las dificultades en los caminos, encuentren un punto común de entendimiento. Sin necesidad de tener que ir a un vestuario al objeto de tener que subir o bajar alguna prenda de vestir. De momento, recibir la noticia con alegría. El tiempo dirá.

RAMO DE ROSAS

 Vuelvo con el tema principal. Que esa autoridad, en posesión de las llaves universales, no me ponga la cruz. A mi edad, escribo con borrones, tachaduras, y sin fundamento de Arguiñano. Espero que sepa disculparme.
Desde que apareció con el llavín de Rosales, estoy  por mandarle un ramo de flores. De rosas, fijo.

Si me obligaron una vez a oler rosas, como condena. Quién me garantiza que no volveré. Cuando “el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”.
Estás a punto de salir al exterior. El carcelero gentil te despide con cierta ironía: “nos vemos".