Tengo que pensar en darle las gracias al Majzén por tenerme últimamente tan entretenido con la gran variedad de incidentes que está protagonizando recientemente con respecto a España. La última ha sido la de negar a los puertos españoles la posibilidad de embarcar a personal con destino a Marruecos, lo que viene a denominarse “Operación paso del Estrecho”.

La verdad es que es una de las maniobras más tontas que he visto hasta el momento. Naturalmente que nosotros lo hemos cuantificado en razón de los miles de millones de pérdidas que nos va a producir, pero desde luego no cuantificamos lo que tenemos que invertir en seguridad, en las dietas de los componentes de las FCSE que se deben dedicar al control de ese flujo migratorio temporal, ni en los problemas añadidos en las carreteras.

Pero la conclusión más inmediata es que el gobierno marroquí está constantemente dándonos patadas al gobierno español… en el trasero de sus súbditos. Porque bien es verdad que si los marroquíes residentes en Eindhoven regresan de vacaciones a su país de origen a través de nuestras carreteras para embarcarse en Algeciras, será porque les es más rentable económicamente o en tiempo invertido. Y que ahora ese gobierno suyo empeñado en que todos bendigamos su imperialismo les obligue a cambiar sus planes no debe hacerles mucha gracia.

Ni qué contar que los residentes en el sur peninsular se vean obligados a viajar a Nápoles o al sur de Francia para hacer un recorrido de apenas 20 millas náuticas.

O que difunda entre su población la especie de que es el momento de asaltar la frontera de Ceuta, para condenar a los seguidores de las consignas del gobierno del Emir de los Creyentes a rebuscar en la basura para poder comer.

Pero lo más asombroso es que la población marroquí no mande a su gobierno “a esparragar”. Lo cual es una muestra del nivel de democracia que alcanza el país vecino.

Ya dije en una ocasión anterior que me sorprendía gratamente que Europa esta vez hubiera reaccionado como una unión, y va y protesta por el modo en el que Marruecos ha utilizado a sus súbditos como carne de cañón para violar una frontera de la UE. Pero la explicación del Gobierno marroquí también ha sido de esperpento: se trata de un problema entre España y Marruecos. O no se han leído el Acuerdo Schengen, o no saben de qué va la Unión Europea, o se han quedado anonadados de que la UE les haya llamado al orden. O siguen intentando tocarle las narices al Gobierno español ahora que está tan mollar con eso de los indultos.

El error de emplear a los ciudadanos como punta de lanza de sus reivindicaciones diplomáticas parece que le va a costar algo al Gobierno del país vecino. De momento una rectificación de Estados Unidos, que no es poco (finalmente parece que no va a haber maniobras militares combinadas), y otra de la Unión Europea.

Como dicen desde el Gobierno magrebí, la crisis dista mucho de haberse solucionado. Pero en esta ocasión, parece que no va a ser como otras.

Y por mi parte, recomiendo a las Autoridades Españolas que no hagan nada, que Marruecos caerá víctima de sus propias maniobras vintage.

Y si no, siempre podremos realizar una nueva entrevista con Biden para resolver la crisis.