
Solidaridad sindical
El 1 de mayo fue presentado en sociedad a nivel nacional el sindicato "Solidaridad" de VOX con una declaración de intenciones muy evidente: anticomumista y patriótico. A la vista de la trayectoria de los denominados "sindicatos de clase", totalmente vendidos a los postulados de la izquierda progre, ideológica, a las subvenciones estatales y al mamoneo de los cargos-privilegios, desvirtuados en su esencia como tales, nace un sindicato al que no tardarán en desacreditar aquellos que hacen de los privilegios su medio de vida. Instalados en esos "chiringuitos" a la sombra del poder y traicionando sus propios principios sin escatimar renuncias básicas que habrían de defender y obvian con descaro en un esperpento bochornoso. Vamos a los casos y las cosas a nivel local.
¿Cómo se justifica que Juan Luis Aróstegui lleve más de 30 años instalado como secretario general de CC.OO, presionando a los políticos y, encima, siendo él político en la oposición hasta la pasada legislatura porque nunca fue capaz de ganar unas elecciones?¿Cómo se explica que este adalid, presunto defensor del trabajador, sea capaz de sostener una pancarta y un megáfono contra el Gobierno solicitando empleo ( siempre que sea de derechas, porque el Ejecutivo socialcomunista parece que le ha comido la lengua), siendo perceptor de, al menos, tres sueldos, en su unidad familiar? ¿Cómo este sindicato de clase tolera a nivel nacional que Aróstegui incumpla sistemáticamente los Estatutos y permanezca de manera vitalicia en un cargo que debió abandonar hace años por la normativa interna que se incumple descaradamente?
Sus ansias de influencia para lograr sus prebendas nunca tuvieron freno: desde el PSPC ante sus reiterados fracasos electorales, se coaligó con Mohamed Alí por mera supervivencia política sin dejar de intervenir en Podemos a través de Basurco, porque si algo le gusta a Aróstegui es manejar los hilos a su antojo, desacreditar e insultar (ha sido el mayor insultador de Juan Vivas en los Plenos), él que ha intervenido en numerosas mesas donde los "enjuagues" laborales han sido esperpénticos con colocaciones muy "sui géneris" o a la carta, como ahora se suele decir para otras cuestiones y no precisamente gastronómicas.
En UGT sucede otro tanto de lo mismo. Salvando la integridad y honradez de Antonio Gil, sin mácula en su larga trayectoria sindical, los hay que han llegado a presentar al Gobierno de Vivas reclamaciones con "defectos de forma" para que, a sabiendas, no prosperasen. Y hay destacados sindicalistas de UGT con "mucha suerte" que han sido benefactores de viviendas de Emvicesa. O ese ínclito Juan Gutiérrez, cada vez más satisfecho de su oratoria y de realizar con su partido "socialisto" determinadas "purgas" en instituciones de la Ciudad, ( como ejercicio democrático de su línea de actuación miserable), que aspira a secretario general de UGT, amparado en ese parapeto electoral que se ha "fabricado" como si fuera del muro de Berlín, cual es TRACE, la adjudicataria de la limpieza viaria local. Desde la presidencia del Comité de Empresa aprovecha la correa de transmisión de ser diputado en la Asamblea para lograr de Vivas las pretensiones empresariales de sus jefes (que para eso le han colocado a su mujer en la empresa). Siempre con el objetivo de la prebenda propia. Eso sí que es "amor propio".
Con este bagaje de prosperidad personal amparada en el sindicalismo cómplice con carencia absoluta de ética, vemos imágenes esperpénticas como la de los siete ministros, entre ellos, la de Trabajo, en una manifestación en Madrid ¡junto a los sindicatos! Lo nunca visto: Gobierno y sindicatos en una teórica manifestación de protesta ¿reivindicativa? juntos de la mano. ¿Cabe mayor sarcasmo? ¡Qué falta de credibilidad venderse así por las subvenciones estatales!
No podemos olvidarnos en este panorama de vergüenza sindical del CSIF, con Gestora desde no se sabe cuándo, eternizándose en el tiempo, porque Madrid es tan demócrata que no quiere celebrar elecciones para que los repartos de cargos sean a dedo. Así se explica que Malika Abdeselam, con un pasado condenatorio por prevaricación y estafa procesal por haber falsificado la documentación de su marido para que pasara a ser trabajador indefinido de la Administración sanitaria siendo ella directora provincial del INSALUD fuera presidenta de la Gestora durante varios años. Pese a ello, Juan Vivas la nombra secretaria de Política Autonómica y Social de la Ejecutiva del PP y componente del Comité de Dirección del partido. Como queda dicho el sindicato CSIF la nombra presidenta de la Gestora hasta hace un año, y deja el cargo sindical cuando Juan Vivas volvió a llevarla a su Gobierno. Esto son los escrúpulos de esta ciudad: una persona que se declara culpable para no ir a la cárcel y es condenada a 7 años de inhabilitación, sin dejar de acaparar puestos y cargos. ¿Cabe mayor descaro? Un pacto de condena que le evitó entrar en la cárcel (se le pedían 3 años) aparte de rebajar de 9 a 7 años la inhabilitación. Algo contemplado en el sistema judicial pero que a nivel político y de cargos institucionales, no deja de ser una "mochila" que no es precisamente de ejemplaridad.
En estas manos han estado y están los sindicatos locales. Bueno es que llegue aire fresco para remover las anquilosadas estructuras que están aniquiladas por ese "reino de Taifas" de los de siempre, aunque más pronto que tarde llegaran las descalificaciones de quienes no se miran en sus propias conductas antes de abrir la boca y tratarán de defender con uñas y dientes sus privilegiadas posiciones. Tiempo al tiempo. Sin embargo, lo peor, su mayor enemigo es su pasado reciente. Un estigma que los atenaza y supone una pesada carga equivalente a un salvavidas de plomo.
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