El líder socialista de los ceutíes debe pensar como Blas de Otero que "todo ha de cambiar para que todo siga igual". En caso contrario no se explica cómo es capaz de hablar con tanto desahogo bajo el mantra de que Ceuta tiene singularidades que la diferencian del resto de territorios para defender su vínculo político de intereses con los "peperos".

 

 

Es posible que en esas "singularidades" a las que alude incluya su propuesta electoral de 2019 para que cada "caballa" acogiéramos en nuestras familias a un MENA, como él seguro que no ha hecho. O se puede referir a esas presiones tan "singulares", por cierto, de su Sancho Panza (Juan Gutiérrez) en tan quijotesca compostura de esos 1,4 millones de euros para Trace que el Abogado del Estado ha tirado para atrás y que ya tuvieron informes negativos de Intervención y Contratación, a fin de hacerle "el caldo gordo" a sus empresarios de la empresa concesionaria de la basura para obtener de ellos privilegios (como la colocación de su mujer, entre otras lindezas o permitirle que afilie al PSOE y UGT a todo el personal al que laboralmente beneficie), o a esa impostura de no reconocer públicamente que Delegación del Gobierno ya le ha puesto fecha de caducidad y maneja otros candidatos para la secretaría general socialista. Veremos si su "hombre de confianza", Juan Gutiérrez le hace "un Ciudadanos" y lo traiciona como este partido lo hizo con los "populares".

 

 

En el PP han de "resetear" sus planteamientos a la vista de los nuevos tiempos que se avecinan y ya anticipados en la noche electoral por Pablo Casado: el efecto Ayuso proyectado a nivel nacional. Una interpretación que supone abandonar el "sanchismo" (supongo que con singularidades ceutíes incluidas) que empieza a oler a muerto y abrir nuevos horizontes políticos con un centro-derecha compacto al asalto de la Moncloa. El PP no puede caer en la ensoñación de que va a obtener mayorías absolutas en todas las Comunidades como en Madrid.

 

 

Se impone cambio de chip que es tanto como decir de ciclo: oposición dura en el Parlamento, dejarse de posturas melifluas tipo Vivas, y acometer un posicionamiento valiente y decidido tipo Ayuso, sin concesiones al gobierno socialcomunista. Y para ello, al PP no les valen los "cachorros" de Pedro Sánchez en Ceuta, a quienes hay que decirles que "cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar".

 

 

Y Manuel Hernández, no puede argumentar un ficticio "apoyo popular" como respaldo por una manifestación del 28 de febrero del año pasado con gente "importada" de Marruecos (los mismos que provocaron disturbios en Castillejos o un grupo de delincuentes fichados por la policía, además de narcotraficantes, algunos llegados de fuera de Ceuta. No es de recibo que Manuel Hernández Peinado, con toda su vitola de profesor universitario recurra a esta "boutade" para hacernos comulgar con ruedas de molino. En ese colectivo aglutinaron a un grupo nada identificado con la masa electoral de Ceuta y, menos, con el PSOE, por mucho que tenga tres sedes abiertas en nuestra ciudad, una de ellas en el Príncipe que antes lo fue del PP, es decir, que lo mismos "valen para un roto que para un descosido".