En este año, donde la pandemia nos devoraba los corazones, bien se merece por estos días un recuerdo, una historia como un cuento de Navidad y lo hubo. Fue un momento donde nos iba a saltar todas las pasiones cuando antes que llegase la noche de verano amanecía un nuevo día con la llamada de mi hermano.

"Javier creo que ha cambiado la luna y vente a por la Kira y llévasela a mama que nos vamos para el hospital".

Allá que me puse a hacer, una vez más, un recorrido de pasiones -mientras iba recorriendo esos caminos de Ceuta- arrastrando mi corazón un montón de emociones... desde que estrenaba mi vida por ser padre o cuando volvía a serlo otra vez, hasta que me estrenaba de abuelo.

Y como tengo llave de las puertas de mi otra casa abro las puertas de la morada y mi madre se queda como embobada ante el acontecimiento, como diciendo: ¿Por qué viene contigo la Kira?.

- Mamá te traigo la Kira porque nuestro 'Nini', nuestro hermano chiquito va cogiendo a Rocío con la maleta y si anoche íbamos contemplando la luna es porque nuestra Martina va asomando como ninguna.

Los nervios y las emociones, las lágrimas de la abuela temblando cogiendo el teléfono sin saber qué comentar por cuantas veces con mando firme y su veteranía en las cuestiones de haber parido tantas veces mi madre, esta vez era su niño chico. Y ella, que temía que el covid se la llevase en el invierno, se daba cuenta que esta vez era diferente porque si nos dio la vida a mis hermanos y a mí siempre decía que cuando nacía una nieta o un nieto era como si hubiera parido ella otra vez.

Y mientras el día hacía que el sol se pusiera en el horizonte campeando junio con la nueva normalidad y la desescalada, los teléfonos que no paraban mientras me llegaban mensajes a mi vida cambiando de equipaje, allá que sonó de nuevo el teléfono dándome una alegría.

Fue una tarde de verano, esta historia de mi 'Ninito', mi hermano chico, mi monito el que llevaba tantas veces de la mano al colegio o a la playa, nuestro Migue carnavalero ya tenía su nidito de amor con su novia Rocío.  Así que la familia sigue creciendo, y esta historia no termina porque ya había nacido su hija de nombre Martina. Él tiene guardado en su mente un instante que será como un relicario, el que salga a cantar con su niña en brazos en un escenario.