Opinión de técnicos medioambientales
La temeridad de ir en sentido contrario
La aparición de aceites usados, sin control, en los contenedores de recogida de residuos sólidos urbanos provoca alarma

"La Ciudad dejó de tener contenedores de recogida selectiva de aceites vegetales usados hace más de un año".
La gestión en materia medioambiental de la Ciudad parece no tener rumbo, si en los últimos tiempos lo tuvo, y a juzgar por la realidad del día a día se podría afirmar que sus responsables han dejado de buscarlo. Según fuentes estadísticas, la Ciudad sería uno de los territorios a nivel español y Europeo con peor valoración en materia de gestión de residuos.
Aunque son muchos los puntos de debate y la indignación de la ciudadanía con esta corporación, es singularmente desconcertante la inacción y el retroceso en materia medioambiental, que más temprano que tarde nos afecta directamente, bien tanto al valor ecológico de nuestro entorno, a la salud y a nuestro bienestar, como también a nuestros bolsillos cuando con nuestros impuestos se deben reparar los daños causados por la mala gestión de unos pocos.
Esta noticia se centra en un asunto del que seguramente muchos lectores conozcan de primera mano, concretamente está relacionada con la gestión de aceites vegetales usados y la falta de contenedores de color naranja destinado a tal fin, ya que desde hace más de un año estos dejaron de estar presentes en las calles de la Ciudad por solicitud expresa de la Consejería de Medioambiente, no constando que hasta la fecha ésta haya dado explicación alguna sobre la controvertida decisión que ha privado a la ciudadanía de un servicio que permitía hacer más accesible y fácil el reciclaje de este residuo tan contaminante, y más importante aún, sin que haya previsto alguna alternativa viable que permita a la ciudad cumplir con sus obligaciones legales y para con los ciudadanos.
Según datos a los que hemos podido tener acceso, el servicio existente en su día era totalmente gratuito, sin repercutir coste alguno para la ciudad, y su desarrollo estaba siendo realizado por una empresa privada local, siendo su objeto la provisión e instalación de contenedores, retirada y gestión de aceites recuperados.
Sin estos contenedores y con unos ciudadanos sensibilizados en este reciclaje, las calles de la ciudad experimentan de manera recurrente la aparición de botellas rellenas con estos aceites usados depositadas en los lugares donde antes había un punto de recogida, cuando no, en el peor de los casos, acaban vertidos por desagües, con los consiguientes problemas ambientales que generan y además, los importantes sobrecostes de explotación y mantenimiento de las infraestructuras de saneamiento y depuración de aguas residuales.
Este panorama nuevamente nos permite poder afirmar que esta gestión fundamentada en la inacción de la Consejería de medioambiente supone que directamente exista una mayor contaminación de las aguas de vertido, un peor comportamiento de la ciudad en materia de separación y reciclaje de residuos, un incremento de costes asociados a necesidades mayores de mantenimiento y explotación de redes de saneamiento y depuración, por no hablar del gran riesgo para vehículos y viandantes que puedan existir acumulaciones no controladas de estos aceites en la vía pública.
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