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Nuria de Madariaga
Viernes, 16 de Noviembre de 2018

¿MENAs o 'mediopensionistas'?

Existen temas espinosos por culpa de “Lourdes lingüístico” impuesto por los pamplineros del globalismo. Pero para mí expresar mi opinión sobre los MENAS no entraña ningún problema. Máxime cuando, desde siempre, me he proclamado abiertamente, en los foros, como la primera admiradora de Mohamed VI y ferviente defensora de Marruecos allá donde se tercie.

 

Nada tiene que ver con ello, bueno sí tiene que ver, el Tratado firmado entre Mohamed V de bendita memoria y Franco por el que se nos concedía automáticamente la doble nacionalidad, marroquí y española, a todos los niños españoles nacidos en Marruecos con anterioridad a 1956.

 

Tampoco tiene que ver y vuelvo a mentir, con que mi familia disfrutara y prosperara en la paz y la seguridad del descansado Hassan II de cuyo reinado sólo atesoro buenos recuerdos.

 

Es por ello, como rifeña de corazón y española desde Atapuerca, por lo que puedo afirmar sin temor a equivocarme que, lo peor que les puede pasar a los muchachos de Marruecos es aterrizar en el “limbo legal” de los menores no acompañados. Porque no me sirve el prepotente paternalismo de la progresía que viene a considerar a esos jóvenes como “víctimas que han de ser tuteladas”. “¿”Víctimas” de qué?. Les garantizo que, tanto el Rey Mohamed VI como su Gobierno, son perfectamente capaces de cuidar de sus jóvenes en un país rico en todo, en agricultura, en pesca, en comercio y no digamos en la construcción de grandes infraestructuras que requieren mano de obra. Eso sí. Con orden y estricto respeto a las leyes. Para vivir en Marruecos hay que respetar la ley porque, en caso contrario, las consecuencias son malas, Y para vivir en Marruecos hay que trabajar para comer e ingeniárselas para buscar un trabajo o una actividad, nada de “asistencialismo” baboso ni de acumular subvenciones. Trabajo duro, esfuerzo y sacrificio, los elementos en los que la persona crece.

 

 A los MENAS que vienen buscando vivir gratis a cambio de nada, solo se les perjudica. Y hablo de los “auténticos” MENAS y no de esos chicos que se van a Marruecos cada vez que hay una fiesta a pasarla con sus familias. Esos son los “mediopensionistas” surgidos de la falta de control y de la ausencia de proyectos serios. Acuden al olor de la gratuidad total, alojamiento, comida, educación, sanidad y falta casi absoluta de reglas. Si quieren ir van, si quieren venir vienen, no respetan a la autoridad y aprenden lo de “somos menores” confundiendo el ser menores de dieciocho años con la impunidad. Nada que no pueda repararse fijando la mayoría de edad a los dieciséis años a todos los efectos legales. Y la mayor parte de ellos desaprovechan la oportunidad que la falta de aplicación del Convenio Bilateral Marruecos-España de 1993, les ofrece. La desaprovechan por falta de proyecto concreto. Si los centros donde se alojan fueran en régimen de internado, con clases durante ocho horas al día, tiempo de recreo y salidas tan solo los fines de semana si han hecho méritos para ello, en resumen, un internado normal y corriente, la “oferta” sería menos tentadora. ¿Y el personal? Nada de asistentes sociales ni psicólogos y tonterías, profesores marroquíes contratados en Marruecos con oferta de trabajo, bilingües por supuesto y capaces de imponer a sus jóvenes el respeto, la disciplina y la obligación de buen rendimiento de las escuelas marroquíes.

 

En Nador, mi pueblo, siempre se decía “moro entiende a moro”. Con maestros de Marruecos controlando e imponiendo orden los MENAS encontrarían la oportunidad de sus vidas. Y en régimen de internado, con horas lectivas y horas de estudio, con clases de español y fines de semana según el rendimiento, los “mediopensionistas” lo mismo encontraban menos placentera su gratuita y conveniente estancia. Pero en el descontrol no se progresa, en la falta del binomio derechos-deberes, cuando no se cultiva la política del esfuerzo, la disciplina y el mérito, ahí es donde reside el desamparo.

 

Marruecos no “desampara” existen derechos, pero también obligaciones muy rígidas. No se “tutela” a quien no se controla y el descontrol puede llevar a comportamiento incívicos, a la amenaza de la marginalidad, a despreciar las leyes e incluso al delito y al paso por el Tribunal de Menores.

 

Ni con las políticas actuales ni con las anteriores se han cumplido las expectativas del que busca “una vida mejor” y es una grave irresponsabilidad y un gasto sin sentido cuando la mitad de los jubilados españoles viven en el umbral de la pobreza. Y que el que venga sepa a lo que se va a enfrentar: internados, profesores marroquíes, respetar los viernes, atender a los buenos consejos del Iman, personal marroquí, estudio, módulos y buena conducta como se exige en su país de origen con normas que ellos entienden perfectamente. Así se tutela y se ampara. Lo contrario tan solo es una débil estrategia caritativa absolutamente perniciosa y nefasta para todos. Y lo dice una rifeña que quiere lo mejor para ambas partes. Y que encima se siente capaz de organizar el proyecto.

 

La opinión de Ceuta Ahora se refleja únicamente en sus editoriales. La libertad de expresión, la libertad en general, es una máxima de filosofía de este medio que puede compartir o no las opiniones de sus articulistas

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