José María Rodríguez Ruiz comenzó su “disidencia”, como él mismo lo calificó en la rueda de prensa del lunes 27, tras no haber sido designado candidato para el senado en las elecciones del 10 de noviembre. Desde entonces se situó frente a la dirección provincial y nacional de VOX a la que hizo llegar el mensaje de que la situación no iba a quedar así. A partir de ese momento comenzaron sus contactos, según fuentes cercanas a VOX, con otros partidos políticos "como PSOE, PP y el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) de marcado ideario izquierdista y pro islámico".

También tras las elecciones, Rodríguez comenzó "a presionar" a la diputada de VOX en Ceuta, María del Carmen Vázquez Soto, para que le siguiera en esta aventura posicionándose contra la línea política de VOX. "Nunca antes" había intentado Rodríguez maniobras como la que ha dado pasándose, sin previa comunicación al partido -explican estas fuentes- al grupo de no adscritos en la asamblea de Ceuta. Solamente cuando "sus ambiciones políticas no se han visto satisfechas ha dado este paso al que ha arrastrado también a su compañera de filas que no ha dudado en afirmar -en la misma rueda de prensa de ayer- que 'el acta no es de VOX, es mía', apropiándose del voto de los 7.566 votantes de la formación presidida por Santiago Abascal que situaron en abril a la formación como tercera fuerza política con 6 diputados autonómicos con el 22,4 % de los votos".

Tras salir elegido por los pelos como diputado número 6, empezó a moverse para repetir como candidato a las elecciones generales que se celebraron el 10 de noviembre. "Y siempre dejó claro dentro del partido que su interés personal pasaba por ser senador. Cuando vio frustradas sus expectativas al convertirse VOX en primera fuerza política de Ceuta y obtener el único diputado nacional y senador en liza, comenzó su campaña de traición y ataque a la formación política".