Desde que los Menores Extranjeros No Acompañados empiezan a llegar a Ceuta, de manera estadísticamente relevante, el fenómeno, y la problemática que suscita, merece ser considerado como propio de la inmigración irregular, tanto por razón de las motivaciones que encuentran los menores para salir de su país, en muchos casos con la anuencia, cuando no con la complicidad de sus padres, como por la forma en la que acceden a nuestra ciudad. Así comienza la propuesta que se ha analizado en el grupo de trabajo constituido sobre menores extranjeros no acompañados, de la que ha dado cuenta el portavoz, Alberto Gaitán, y que se trasladará al Gobierno de la Nación

"Sin embargo -continúa-, a pesar de tratarse de un fenómeno propio de la inmigración irregular, es la Ciudad Autónoma quien asume la carga derivada de la acogida y atención a dichos menores".

"Un fenómeno que, dándose actualmente en toda España, tanto en Ceuta como en Melilla presenta unas características especiales, y sin parangón en el resto del territorio nacional, y ello por ser nuestras dos ciudades, además de extrapenisulares, las dos únicas fronteras terrestres de Europa en Africa, unas fronteras, por otra parte, permeables, permeables por la excepción a Schengen que en las mismas se aplica, y en virtud de la cual los residentes en las provincias marroquíes de Tetuán y Nador pueden acceder a Ceuta y a Melilla, respectivamente, sin necesidad de visado, y permeables por la precariedad de medios, sobre todo humanos, que, desde hace tiempo, sufren nuestras dos fronteras", se explica.

Sobresaturación y desproporción para Ceuta y Melilla

"De la situación brevemente descrita se derivan dos claras consecuencias: una, que para los Menores Extranjeros No Acompañados las verdaderas fronteras están en los respectivos puertos, y no donde están físicamente ubicadas aquellas. La otra, que la presión que sufren nuestras dos ciudades tampoco tiene parangón con lo que ocurre en cualquier otra parte del territorio nacional. Las cifras son por sí solas elocuentes: según fuentes oficiales, la estancia de Menores Extranjeros No Acompañados es, para el conjunto de España (47 millones de habitantes), de unos 14.000 menores; en Ceuta y Melilla (175.000 habitantes, si sumamos las dos poblaciones) el dato es de cerca de 2.000 menores; es decir, que una parte de España (Ceuta y Melilla) que representa, en términos de población, un 0,4% del total nacional, soporta un 14% de la carga que supone la presión migratoria de los Menores Extranjeros No Acompañados.¿Es justo y razonable que así sea?¿Es justo y solidario que dos ciudades pequeñas, con muchas necesidades y escasos recursos, vulnerables y amenazadas tengan que soportar una carga de este tamaño? Sinceramente, creemos que no", analiza el ejecutivo ceutí.

"Hasta ahora, esta desproporcionada presión ha sido asumida por los ceutíes con un enorme esfuerzo y dando ejemplo de solidaridad. En 2018, último ejercicio cerrado, el coste de atención a los Menores Extranjeros No Acompañados sufragado por la Ciudad se elevó a 10 millones de euros, de los cuales 2,34 millones han sido aportados por la Administración General del Estado, mediante subvención nominativa".

Pesada carga

"En todo caso, una pesada carga que, por causa de la entrada masiva de menores producida durante los últimos meses, se ha convertido en insoportable. Los datos vuelven a ser el principal argumento para lo que se afirma:

1. Entrada masiva: en los últimos cuatro meses, la estancia en el centro de realojo temporal ha pasado de 250 a 420; esto es, se ha incrementado en un 70%. Al mismo tiempo, y según datos de la Policía Local, en el pasado mes de diciembre entraron en Ceuta 80 Menores Extranjeros No acompañados.

1. Situación insoportable: el mencionado centro de realojo temporal tiene multiplicada por 7 su capacidad de acogida, con todo lo que ello supone de hacinamiento y de imposibilidad de mantener el normal funcionamiento del mismo. Como consecuencia, dicho centro no puede acoger a ninguno de los cerca de 300 menores que, en unas condiciones de alto riesgo y vulnerabilidad, malviven en la calle, mayoritariamente en las instalaciones portuarias.

Una situación insoportable, ante la que la Ciudad Autónoma se reconoce incapaz e indefensa, por varias y poderosas razones:

1. No cuenta con más recursos, ni en instalaciones ni en medios humanos y económicos, para acoger a más menores, ya sean los que hoy están en la calle, o los que, a partir de mañana, seguirán entrando a la ciudad a través de la frontera.

1. No está entre las atribuciones de la Ciudad Autónoma evitar la permeabilidad de la frontera, como tampoco lo está solucionar el problema de la mejor manera posible, desde la perspectiva del interés del menor, que no es otra que lograr la colaboración de las autoridades marroquíes para el reagrupamiento familiar y retorno de sus menores.

Con base en lo expuesto, se considera necesario y urgente recurrir, en demanda de socorro, al Gobierno de la Nación para que éste, en el uso de las facultades que le atribuye el artículo 149.1.2ª de la Constitución, y teniendo en cuenta sus capacidades, adopte las medidas que sean adecuadas para resolver la situación de grave crisis y de emergencia que, en relación con la problemática de los Menores Extranjeros No Acompañados, sufre nuestra ciudad".