En el interior del Chiringuito de La Ribera, con la playa como telón de fondo, y lleno de asistentes, se ha llevado a cabo el acto de campaña del PP con el presidente Casado como protagonista.

La secretaria general de los populares ceutíes alabó la figura de Vivas en un acto en el que, esta vez sí, hubo notable presencia de juventud.

El candidato, por quinta vez, a la Presidencia de Ceuta, Juan Vivas valoró, de inicio, la nueva visita del presidente nacional del PP, Pablo Casado y, en su alocución, recordó lo que está en juego: "la estabilidad y la convivencia" para este 26 de mayo.

"Tampoco es ninguna exageración, los que tenemos cierta edad sabemos lo que supone la inestabilidad. Es lo que había en Ceuta antes de nuestra llegada al Gobierno: en apenas cinco años, cuatro presidentes -ejempificó- Como consecuencia, inacción y parálisis institucional; imposibilidad de culminar nada, o casi nada; deterioro de los servicios públicos, cada vez más alejados de las medias nacionales; descrédito y desconfianza; y dificultades, muchas dificultades para atender las demandas ciudadanas", pero aún fue a más. Para Vivas la inestabilidad puede traer el hecho de no poderse cumplir con las obligaciones más elementales, entre otras,"el pago de las nóminas de los empleados públicos".

Juan Vivas puso la imagen del abandonado edificio de los Dragones en 2001 "cayéndose a trozos" como símil de aquellos tiempos políticos antes de su llegada. Por ello, "para no retroceder, para no volver a los tiempos de la inacción, de la falta de crédito y de las dificultades para pagar las nóminas; para no engañar a nadie con falsas promesas que no se pueden cumplir; para no hacer experimentos; para que los graves problemas y grandes retos de Ceuta sean abordados desde la sensatez, la moderación y la responsabilidad, situando el interés general por encima de cualquier otro, les pedimos a los ceutíes que nos vuelvan a dar su confianza el próximo día 26", pidió.

Por su parte, Casado inició con su "soy español y si tengo que venir a reencontrarme con España, al corazón de España, tengo que venir a Ceuta" un discurso en el que engarzó mensajes hacia la figura de Vivas como estandarte de la modernización, estabilidad y convivencia de Ceuta con otros de claro tenor nacional y de actualidad con severas críticas al PSOE y a Pedro Sánchez por "no tener programa ni plan de mejora" en economía. Descargó quina por la moción "con falsos argumentos" de Sánchez Castejón, ayudado por "aliados inconfesables" (Batasunos, independistas y comunistas bolivarianos).

Iba y venía de clave nacional a local pidiendo para Ceuta lo que es un deseo personal: "Quiero una Ceuta de convivencia, en la que todos nos miremos como compatriotas, una Ceuta en la que a nadie se le señale ni por la lengua en la que habla ni por el dios al que reza ni por la gente a la que ame", dijo.

Habló de inmigración, de las mafias del 'efecto llamada' de Sánchez, de fronteras seguras, de apuesta por la seguridad, de apoyo a las FyCSE y de que de todo ello, por su lucha, "nadie le puede dar lecciones al PP".

Volvió a reiterar la división del voto de centro derecha que puede acabar, una vez más, beneficiando al PSOE, y se erigió en el "contrapeso" de Pedro Sánchez, realizando una advertencia pero usando un paralelismo con bolas de billar : "Quien pretenda que dando a la bola verde o naranja del billar acabe colándose la azul se puede equivocar y acabe dándole a la bola morada o roja".

Pidió el apoyo a Juan Vivas, al PP para Ceuta en un acto que acabó, al tiempo que la luz ya ténue del sol iba dando paso a los claro oscuros del anochecer... en la playa.